lunes, 15 de abril de 2013

Ladrones del tiempo

Si hay algo en el mundo que más odie es perder el tiempo o desperdiciarlo, porque es lo que más condiciona nuestra vida. Detesto que el tiempo se escurra entre mis dedos, pero si hay algo incluso que odie más es esas personas que contribuyen a hacértelo perder. 

Cuantos minutos hemos perdido y hemos dedicado a gente que no valía la pena, o por la que hemos apostado para despues darnos cuenta que deberíamos haber aprovechado nuestro tiempo en cosas más productivas. 

Pues así me siento hoy postrado en una tumbona en lo alto de mi azotea, en una noche primaveral sanluqueña, mientras pienso en cómo he perdido el tiempo esta tarde sin hacer absolutamente nada. Mi día libre, que podía haber aprovechado para patinar por la vera del Guadalquivir, y sin embargo, lo dediqué a perder el tiempo, dicho así, tal cual, porque todo lo que hice es como si fuera nada.

Siento que el tiempo se esfumó, que no tengo moral para afrontar un mañana y que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero sinceramente, lo que más me duele de todo esto, es que seguimos siendo crueles, humanos e impasibles ante la vida que nos rodea y de la cual no somos partícipes, porque no tenemos ese sentimiento de que nos atañe...

No hay comentarios:

Publicar un comentario