viernes, 28 de diciembre de 2012

Retrospectiva de la añoranza

No siempre podemos llegar a entendernos cómo queremos. En numerosas ocasiones debemos respetar los diferentes puntos de vista de las personas y no pretender que piensen del modo en que nosotros esperamos. Mi frase de la juventud era "no esperes que la gente reaccione del modo en que tú quisieras que lo hiciera".

Recuerdo que recién cumplida mi mayoría de edad, decidí irme a estudiar periodismo en Sevilla. A simple vista puede parecer algo normal, pero lo curioso es que soy de Gijón. Aunque parezca una idea descabellada, es una decisión que tomé y un punto de vista. Respetable como cualquier otra, pues para unos padres, resulta por el estilo tener al hijo fuera que tenerlo en casa. El gasto es parecido, porque lo que se ahorra en alquiler, se lo acabaría gastando en cualquier capricho tonto y al final acaba criando unos hijos 'refalfiaos'. Pero marchando fuera se aprende a valorar lo que cuesta el dinero...

Sevilla es una ciudad provinciana. Pero me gusta. Porque me siento bien, porque es sencilla, canalla, ilusa, ingenua, pija, cani, mariana, alternativa, retrógrada, cosmopolita, antigua, nueva, retrógada, liberal, e incluso auténtica. Me gusta salir a la calle y respirar el aire de la libertad. Sentir que mis sueños cada día se pueden hacer realidad. Me despierto cada día pensando en que una nueva oportunidad puede pasar ante mis ojos. Que si tomo la decisión inadecuada tendré que aprender de mis errores y que todo puede suceder...

Pues aquí me tienen, tras ocho años en Sevilla, he intentado rehacer mi vida en el norte y siento que me falta algo. Sin embargo, en apariencia, lo tengo todo: mi casa, mi coche, mi gato, mi familia, mi bici, mis patines, mis pistas de esquí al lado, mi montaña, mi Canseco querido, mi playa de La Ñora, mis paisajes....pero me sigue faltando algo. Eso que nadie entiende, porque quien no lo vive, es como si no sirviera de nada.. Me refiero a los amigos, a esa juventud que ha ido creciendo a medida que me iba haciendo mayor..y que está a mi lado, muy lejos de lo que he conseguido nadie hasta ahora en tierras asturianas.

Para la gente que cada tarde tiene con quien irse a tomar un café o ir a dar un paseo junto a la orilla del mar, a mí,  la mayoría de las veces me ha tocado ir junto a mi música y mis patines o mi bicicleta. Gijón es el lugar ideal, es como un paraíso, es mi ciudad de destino, porque me gusta y la siento. Pero necesito desconectar por un tiempo, tampoco demasiado largo. Porque qué bonito sería Gijón con mi gente, que endulza ese día a día, cómo me gustaría pasar las tardes con María, Fran, Manu, o Carlos y Adri merendando en el Monte Deva, o yendo juntos a la playa de San Lorenzo, o pasar el fin de semana en Canseco haciendo una barbacoa, o haciendo senderismo por Rioseco....

Después, para otras personas, lo único que existe en la vida es TRABAJAR. Y no dudo que sea lo más importante, pero, y mi vida, ¿se basa tan sólo en eso? Hago un balance de mi vida en Asturias y teniendo en cuenta que llegué un día de Andalucía de 2010, repasando puedo decir que marzo, abril,  mayo y junio me los pasé montando el piso, mientras cobraba mi subsidio de desempleo. Julio, agosto y septiembre me los pasé haciendo un 'máster' de 500 horas que aún pongo en duda su utilidad. Octubre, noviembre y diciembre, trabajando como autónomo para el diario El Comercio y RNE, época en la que tuve que adelantar el dinero para gasolina y móvil, y que por ello aún tengo un pufo considerable por el préstamo que tuve que pedir a mis tios. 

El 2011 empezó muy negro, a pesar de no ser el año del chapapote. Enero, febrero, marzo y abril en el paro, con una mano delante y otra detrás.... hasta que en mayo me contrataron en el IDEPA para trabajar nuevamente de periodista. La alegría podía durar hasta dos años, pero basta decir que con eso de los recortes, los cambios políticos y también alguna mano negra de esas que están puestas a dedo en nuestra administración pública, al finalizar 2011 no me renovaron el contrato y me fui de nuevo al paro.

El 2012  no ha sido mejor, me atrevo a decir que ha sido, sin duda, el peor año de mi vida, pues desde que terminé la carrera, es el primer año que no ejerzo como periodista. Eso es una frustración muy grande que siente hoy en día el 90 por ciento de los periodistas de este país. Aún así, según dijo ayer Rajoy, debemos tener 'solidaridad'...

La cuesta de enero no fue tal porque había cobrado mi última nómina, y aún no era consciente de lo que me esperaba. Pero todo se veía tan negro.... Por aquel entonces, la que había sido mi gran amiga Zulema, que llevábamos 2 años sin tomar contacto, me propuso que me fuera a Madrid un fin de semana para estar con ella. Cabe decir que la capital nunca fue santo de mi devoción, y que sigue sin serlo, pero sin embargo pensé que allí podría comerme el mundo.

Obviamente no fue así, y lo que me comí fueron los mocos, pero fin de semana, se acabó alargando en casi seis meses, de los cuales, casi dos me los pasé de búsqueda activa de empleo hasta que me salió lo de Movistar. Cuatro meses en la empresa Complutel, distribuidor oficial (con los que quedé muy contento y ellos conmigo), y una  puerta que se me abrió, para poder volver a Asturias, era lo que más deseaba.

La oferta la acepté encantado, aunque lo aspectos pactados con este distribuidor, llamado Comm Center, fue cambiando sus matices y derivando en un infierno, con un sueldo paupérrimo y más de 12 horas diarias fuera de mi casa durante tres meses, trabajando por distintos sitios de Asturias como Piedras Blancas, Oviedo, La Felguera e incluso Torrelavega en Cantabria. Eso sí, Gijón ni lo pisé.

De pronto se atascó el carro. Y vaya si lo hizo, porque llegó un punto en el que dije que no podía más y estuve de baja hasta noviembre, con ansiedad depresiva. Sin vida, pero con trabajo. Tras hablar incluso con una psicóloga volvió a mi mente el recuerdo de Sevilla, que jamás consiguió borrarse. Por ello, decidí tomar la decisión de volver nuevamente a la capital hispalense, sin marcarme fechas ni objetivos concretos, pues cuando estuve en Madrid tampoco lo hice, y sólo fueron 6 meses. No digo que Sevilla vaya a ser mi ciudad, porque ya lo es Gijón, pero "a veces necesitamos un poco de sur para poder ver el norte".

Lo curioso de todo esto es que al irme me he vuelto a encontar con las mismas barreras de hace 11 años, a diferencia de que ya casi estoy en la década de los treinta. Incomprensión, enfados, reproches, y el tema del dinero, que tanto preocupa. Sin embargo, haciendo nuevamente el balance de mis 3 años en Asturias, he estado en el paro y sin recibir ningín tipo de prestación un total de 4 meses.    

Me sigue doliento ser considerado siempre como el vago, el que no hace nada, el que siente que los demás siempre son más listos y lo hacen todo mejor, el que comparado con las hijas de un profesor del instituto es una calamidad, o el que cuando quiere hacer algo, el comentario es que está loco, porque sólo dice tonterías, o que debería hacer esto o lo otro...

Llámenlo si quieren una actitud infantil, pero cuando uno no deja de moverse para buscar aquí y allí, y ya no es el recibir o no la aprobación de nadie, pero sólo recibes desalientos por el tema económico, con lo que haces, con ese "ya verás, ya verás"... esa falta de confianza constante de aquellos que nunca miraron más allá de lo que era lo correcto y no arriesgaron más que lo que en su día se les impuso. Que accedieron a un puesto fijo cuando las oposiciones eran tales, y no una lotería que toca menos que la de Navidad (que a mi nunca me ha tocado en casi 30 años).

Pero los sentimientos son más profundos. Hace años escuché a mi maestra de Reiki, que me hizo una sesión y me dijo que constantemente me pasaba la vida intentando demostrar cosas a quienes me rodean para contar con su aprobación. Ese esfuerzo INÚTIL me agota, me desanima y me desmoraliza.  Cada vez que intento tomar la decisión de buscar una alternativa, intento demostrar que puedo hacerlo, y es para nada, porque me desalentan,  me ponen trabas, casi siempre económicas.  Se trata de echar abajo cualquier proyecto, idea, ilusión, tachándolas de chorradas.

No pido que me entienda nadie, ni siquiera que compartan la idea, dado que esa idea es mía. No quiero que me impongan las de los demás. Sólo pido respeto y quiero un apoyo incondicional por el simple hecho de tener algo que se llama INICIATIVA.
                                                                                                                                                                                                                                   



jueves, 25 de octubre de 2012

Aquel niñato loco, frívolo e inmaduro...

Anoche me fui a dormir algo desconcertado, porque un amigo me llamó a última hora, porque se pensaba que yo andaba bromeando mandándole whatsapps obscenos. Claro, lo primero que le pregunta es: "¿Qué eres Dani?", y va el/la susodicho/a y responde que sí. Obviamente no era yo, y esta mañana ha ido a denunciarlo, pero me resulta curioso que mis propios amigos, cuando un desconocido les hace algo, o les jadean por el móvil, o les llama una latina para ofrecerles internet, o les bromean por sms, todos, pero es que todos, piensan en mí.

Cierto es que soy muy bromista, y que siempre me gusta tomar el pelo a la gente, pero bueno, aún recuerdo cuando mi María me llama un día, diciéndome: "Oye, Dani, eres tú el que me estás diciendo guarradas por sms??? Es que claro, quien siempre me toma el pelo eres tú...", y al final era un ligue suyo que estaba medio tarumba, o Carlos, cuando una vez le jadearon por el móvil, otro tanto de lo mismo. 

Hay que ver, con lo divertido que es llamar a los amigos y hacerse pasar por una teleoperadora llamada Esther Colero, que le llama de Tele Polvo Dígame, por un impago de factura pendiente... pero claro, eso lo hago un día, pero no todos. No soy Krusty el payaso, ni Gila llamando al enemigo.

Recuerdo aún cuando le dejé en el buzón a mi tito, una carta diciéndole que la Asociación de Brujos (pirujos) de España querían concederle el honor de formar parte dentro de la asociación. Le metí incluso una tarjeta de un bar de Huertas, en Madrid, llamado Reino Bruja, y una revista exotérica que encontré no sé dónde... la verdad que hacía bromas con ingenio, yo me divertía... Al pobre hombre, lo tenía más engañado, cuando le llamaba por teléfono y le tomaba el pelo, y siempre picaba, o cuando una vez le metí un trozo de jamón duro en el fondo del yogurt natural y se pensaba que era miel, y venga a morder y morder...espero que, a pesar de ser un poco rencoroso, ya me haya perdonado.

Y qué decir de aquellas noches de insomnio en el Puerto de Mazarrón, cuando llamábamos por teléfono desde casa de mi amiga la Retor, a una curandera que hacía amarres para los enamorados, y llamaba mi amiga Gloria diciendo que si le podía hacer uno, porque le picaba mucho el juju por la noche... o nos llamaban desde Internet, y otro amigo se hacía pasar por rusa caliente...

Qué tiempos de niñateo, qué diversión más recurrente. Aún llamo de vez en cuando a mis amigos o familia y les gasto alguna broma chorra. Soy consciente de que ya no es como antes, pero sigo pasándomelo tan bien...

miércoles, 24 de octubre de 2012

Recuerdos: Dragón (canción que compuse en 2009)

Dragón - Eslabón Marchante 23 de Abr de 2009, a las 14:59

Ahora es tarde para regresar, para volverse atrás…
No hay tiempo que perder, ni hay que dejarse llevar,
A veces la corriente es fuerte, y late mi corazón
Como si fuera un susurro, como si no tuviera voz
Me dices que me quieres, aún escucho tu voz… 

Llevaba las alas rotas, con un suspiro en el corazón,
Pero en vez de ángel, él era un Dragón
Entró en mi vida y al irse, todo se llevó
De la cabeza hasta los pies, arrancó mi corazón…

Hay noches que no duermo, y días en los que no veo el sol,
Pero de lo que siempre me acuerdo es de tu amor,
Pensaba que me querías, que latía tu corazón,
Pero el día que tú te fuiste, todo negro se volvió…
Pero me dices que me quieres… y aún escucho tu voz…

Llevaba las alas rotas, con un suspiro en el corazón,
Pero en vez de ángel, él era un Dragón
Entró en mi vida y al irse, todo se llevó
De la cabeza hasta los pies, arrancó mi corazón…
Aun hay noches que pienso que vives en mi interior,
Y aún no te has dado cuenta… que aún te espero, Dragón.


martes, 23 de octubre de 2012

Un sueño muy real

Esta noche me he despertado sobresaltado en mitad de la oscuridad, y recuerdo haber tenido un sueño muy real. Soñaba que viajaba en mi coche hacia tierras extrañas, sin rumbo alguno, como queriendo escapar de algo que no soy capaz de describir.

Sonaba la canción de Mamma Luba, de Serebro, mientras me escapaba hacia el oeste, con el único deseo de llegar al final de la tierra y volver a ver nuevamente el mar. Era poco más de mediodía, cuando mi coche entraba en A Coruña por la calle Alfonso Molina, en dirección a Cuatro Caminos. Allí me esperaban dos amigos, Migue y Javi. Parecía que conociera la ciudad de toda la vida, pues sin a penas indicación había llegado al lugar acordado.

"No veo el Ibiza blanco por ningún lado", afirmaba Javi. Una cosa lógica cuando mi coche era negro, pero aun así dieron con él. Fuimos a aparcarlo en una cuesta muy pronunciada y por fin pude bajarme y recorrerme a pie toda la ciudad. Suena utópico intentar conocer una ciudad desde tu cama, pero así fue. Dejamos a Javi en el instituto, y Migue y yo fuimos dando un paseo hasta la playa del Orzán, próxima a Riazor. Mientras, Migue me hablaba de los nombres de las calles, de las historias más trascendentales y de su ciudad. "Por ahí va a pasar uno de los errores de mi vida", comentaba, a la vez que me indicaba dónde se encontraba la primera tienda que montó Amancio Ortega y que ahora estaban reformando.

Pasados varios minutos, y me atrevería a decir que casi una hora, seguíamos intentando llegar a nuestro destino, cuando de repente se puso a llover. Recuerdo la mirada que me echó el paraguas, justo antes de coger el coche, pero con un sol radiante y una temperatura en torno a los 20º resulta muy difícil pensar que es posible que pueda llover. El día estaba muy desagradable y aunque no hacía frío, nos pusimos pingando con la que estaba callendo. Aparecimos empapados en el centro comercial próximo al puerto, Los Cantones Village creo recordar. En el centro comercial estuvimos Migue y yo,  y apareció Javi porque tenía descanso entre clase y clase.

La noche se venía encima y yo tenía que volver a casa. No sabía ni siquiera salir de la ciudad, lo único que tenía claro era que no podía llegar tarde a Gijón. En ese momento, Migue me hizo el ofrecimiento de que me quedara a pasar la noche en su casa, pues no quería que marchase de noche y sólo para mi casa.

Recuerdo que el pobre me cedió su cama, y ni siquiera aceptó compartirla conmigo. Se quedó en el sofá, sin pegar ojo, por miedo a que se levantara su abuela, y le diera un "patatús" al verme allí durmiendo, sin haber avisado.

Cambiaba de postura en ese momento y pude ver a mi gato Alberto acurrucado entre mi brazo derecho y un cojín que yacía sobre la cama. Cuando volví a abrir los ojos, el sol se colaba por las rejas de la persiana de la habitación de Migue. Cogí mi móvil y me puse a enviarle un whatsapp porque me daba verguenza salir de la habitación, pero media hora después, tras haberme duchado, estaba tomando un tazón de Cola-Cao junto a su abuela y su madre, mientras comentábamos el juicio de la Pantoja. Una vez finalizado el desayuno y tras realizar unos recados en Marineda City, Migue y yo fuimos a buscar de nuevo a Javi para continuar nuestra visita por esa bella ciudad norteña. 

Era la hora de comer y mientras Javi marchaba para clase, Migue y yo comprábamos dos ensaladas en el Mercadona, que acabaríamos comiendo en la playa de Oza bajo un sol de un día otoñal inspirado en una tarde de agosto. Reimos, sacamos fotos e incluso recuerdo haberme metido en el agua a chapotear un rato. La tarde continuó con un café junto a la estación de tren, en compañía de una dulce chica llamada Patricia y un entrañable mesonero, que juntos nos hicieron pasar un rato muy agradable.

"Voy a llamar a la autoescuela y diré que no voy a dar las prácticas de esta semana", comentaba Migue, con una pícara sonrisa. "Pues vente a Gijón conmigo, así no iré sólo". Y así fue como regresé de nuevo a mi cama, mientras Alberto me pedía el desayuno. 

Al encender mi portátil me encontré un correo, con un mensaje. Sin duda, a veces la realidad supera a la ficción:

"Estaba algo nervioso... muy pocas veces en mi vida las cosas habían ocurrido tan rápido, en apenas unas horas en las que nos enteramos en que los do vivíamos en el mismo planeta decidimos que nos veríamos al día siguiente, y doscientos cincuenta quilómetros marcaron la distancia para tomar un buen café.

Como estaba prometido a las diez le desperté y me fui corriendo a mi práctica de coche aunque admito que no estaba muy centrado en ella, tenía algo en el estómago, unos nervios... ganas de que llegase. Una vez terminada me reuní con Javi para ir a buscarle cuando llegase, y tras hora y poco de espera llegó. Un par de errores buscando Ibizas, nada raro ya que no es muy exclusivo, y llegamos a su encuentro. En ningún momento puedo decir que se formase ningún silencio incómodo, realmente fué muy ameno. Traté de enseñarle lo que sabía de la ciudad y le conté batallitas propias de las zonas, creo que fué igual de divertido para los dos.

Nunca pensé que una persona que vive en el norte de España pudiese escandalizarse tanto por unas lloviznas, igualmente tuvimos que refugiarnos en un centro comercial cercano al centro, y una vez más con Javi, que había decidido saltarse las clases, entre risas y un café se pasó gran parte de la tarde. Decidimos cenar en un restaurante de comida rápida y se comenzaba a hablar del viaje de vuelta, pero yo no quería que se fuese ya. Sin resultado buscando habitaciones en las que pasar la noche, decidí que dormiría en mi casa. Le mandé para la cama de mi habitación, la cual llevaba ya un buen tiempo sin usarse. Dormité un poco en el sofá con un ojo atento a la puerta para avisar a mi familia de que Nitto estaba en casa. Un desayuno, una buena ducha y unas risas familiares despidieron la mañana en la que en su final nos encontramos con Javi para dar unas últimas tanteadas a la ciudad. Palacio de la Ópera, Calle Real, Paseo marítimo y alguna zona más  de paseo en la que decidí que no haría más prácticas de coche esta semana y que no dejaría ir a Nitto sólo a Gijón, ni por él ni por mi, que claramente necesitaba un cambio de aires. Trás presentarle a mi amiga Patri, un café un tanto malo en mi anterior lugar de trabajo y unas buenas risas que nos dejaron un buen último recuerdo antes de que emprender el viaje.

Tras un par de paradas me encontraba en una ciudad en la que nunca había estado. Quizás yo también esté viviendo un sueño. 24/10/2012"


sábado, 20 de octubre de 2012

El mundo, con una sonrisa


Suena a tópico eso que dice la gente de que hay que sonreirle a la vida. Cuando te paras a pensar y no veo salida alguna a muchos problemas personales que me ahogan, aunque para otras personas supongan algo insignificante. Cuando enciendo la radio y me cuentan la vida de esos políticos, que son nuestra nueva burguesía capitalista, con esos sueldos, esa vida de ricachones, esos coches lujosos de alquiler con chófer y esa pantomima de asistir a actos que no sirven absolutamente para nada... mientras, por contrapartida, otros (afortunados encima) debemos de dar gracias por tener un trabajo, que nos come el día entero, con condiciones que a veces son límite, por un mísero sueldo de 700 euros (y gracias, dirán muchos), y teniendo que pagar dietas y desplazamientos por adelantado, por temas laborales, como si fuera un ministro... con esa irrisoria cantidad. 

MIL OCHOCIENTOS!!!!!! Sí, señores y señoras, mil ochocientos son los euros que un político tiene de dietas, eso sí, al márgen del sueldo. Es muy fácil hablar de la crisis, cuando no se vive en ella. Es muy sencillo y mirar en la televisión los conflictos del mundo que nos quedan tan lejanos, y comentar "joé tol día matándose unos a otros, desde luego...cómo está el mundo". Pero a nosotros PLIN, porque salimos a hacer la compra, mientras tarareamos la canción del Mercadona al unísono que la ponen en el supermercado, y salimos a tomar un café al Geographic, "porque como es un sitio tan chuli", o paseamos por la playa para sentir las olas del mar....

Como esto siga así, las olas del mar será lo único que oiremos, ni podremos tomar cafés ni hacer una mísera compra. Nuestros sueldos miserables llegarán un día a serlo más aún, mientras el capitalismo nos ahoga en un pantano, cuya presa vienen preparando hace años, y no nos dejarán escapatoria. Tal y como está el panorama, señores y señoras, ¿creen realmente que debemos estar tranquilos y sonrientes, cuando la arrogancia y prepotencia de los que nos representan (sin haberlos votado, que eso es lo mejor de nuestra ley electoral, asentada en los pilares de la democracia) llega al límite cuando dicen que aún tienen que seguir recortando? ¿Cuál es el punto de inflexión en el que digamos BASTA!! y nos neguemos a ser esclavos de un sistema que cada vez nos hace más míseros, mientras "la crème de la crème" sigue haciéndose rica a nuestra costa?

Por lo que veo, ante la indiferencia de la mayoría, sobre lo que está pasando, y el poco interés en recuperar lo que se nos está quitando, y que un día tuvimos, por ser un ESTADO DE DERECHO, lo único que nos queda, será "sonreir a la vida".

martes, 16 de octubre de 2012

Una puerta abierta a mi niñez

A veces escuchamos canciones que nos hacen acordarnos de momentos de nuestra vida, que han quedado atrás, cual puerta cerrada de pronto se abre. Hace muchos años, en el 93 creo recordar, se estrenó la película Corazón Indomable, cuya banda sonora era el tema de Wicked Game. Cada vez que lo escucho, se me erizan los pelos de los brazos y siento que me teletransporto a ese momento, vuelvo a ser niño, en esas tardes de noviembre del 94... a ese despertar de una infancia hacia la preadolescencia. Apenas 11 años recién cumplidos. 

Creo que tengo algunas lagunas mentales sobre esos años, pero sí recuerdo momentos muy concretos, en mi habitación dibujando o incluso empezando a escribir cosas bonitas o reflexiones sobre la vida. Quería cambiar el mundo con mis pensamientos o algo así, debía de creerme que el mundo giraba en torno a aquella manera de pensar. Por desgracia, ya no pienso así, y digo por desgracia, porque quizá si nos mentalizamos en que lo vamos a conseguir, al final lo acabamos haciendo.

Una vez, en ese año, tenía que dibujar un oso, y al final su cara era igual que la de mi padre, y no lo digo con ánimo de ofender, pero tenía los rasgos de mi padre, esa expresión que ponía a veces, cuando no se entera de lo que le estás hablando. Quizá sea una interpretación muy personal, pero la recuerdo tan nítida, como aquellas largas tardes de noviembre, en las que era de noche todo el día, porque al salir del colegio, ya estaba anocheciendo.

Tengo momentos de mi adolescencia en los que por la mañana, al ir a clase, me daba mucha pena que mi madre se fuera a trabajar y pensar que ya no la vería hasta por la noche. De pequeño era algo normal, aunque tenía a mis abuelos, con los que pasaba el mediodía, pero después, sentía tristeza porque el día no pasaba, y la echaba de menos. Levantarse y tener que ir al instituto...quizá estudiar no era lo más agradable del mundo...aunque ahora, cuánto lo echo de menos!!

Por eso, que muchas veces haciendo retrospectiva, no soy capaz a palpar lo que era yo hace años, qué hacía, cómo pasaba el día, y sobre todo... al irme a Sevilla, esos 8 años crearon una cortina de humo tan gruesa, que no soy capaz de ver tras de ella. Por eso, al escuchar este tipo de canciones, que me traen recuerdos de la infancia, me alegra saber que la tuve, y que aún puedo viajar hacia ella de vez en cuando.

Me despido con esta canción, para que tú puedas sentirte igual de niño que yo, cuando la escuches, o al menos que puedas percibir las sensaciones de mi niñez:

domingo, 14 de octubre de 2012

HOY TOCA...Reflexión sobre la vida!



Realmente me pongo a pensar si el tiempo es el gran enemigo de la dulzura, los detalles y en general, de los buenos momentos. Es el tiempo lo único que pasa entre el pasado y el presente, y es el tiempo quien determina el cuándo y el cómo de las circunstancias. 

Parece que es imposible recuperar, al cabo de los meses, a la persona que conocimos, tan dulce, tan atenta, tan agradable, tan enamorada... Parecía que tenía una forma incluso diferente, de brillar su mirada. Su sonrisa despertaba en mí la felicidad y deseaba abrazarla y sentirla a mi lado, mientras mi corazón palpitaba emocionado.

Poco a poco, se van perdiendo detalles, aunque no le damos importancia porque pensamos que puede ser un mal día, o alguna circunstancia en concreto. Lo malo es cuando además de los detalles, se va perdiendo el afecto hacia uno. Cuando la indiferencia se apodera de esa persona que apenas un mes atrás era como un ángel que velaba por tu comodidad, por tu felicidad.

Peor es cuando llega la fase en la que te pierde el respeto. Deja de decir cosas cariñosas para empezar a insultar y dañar con frases que ni por asomo te hubiera dicho antes... es como si las tuviera guardadas todas juntas, esperando el día para empezar a soltarlas...

A todas estas sensaciones, se le puede añadir la rabia, la ira, la desconfianza, el chantaje y el desprecio. Puede llegar a ser incluso como un maltrato psicológico que no queremos ver, porque seguimos con la mente en el recuerdo de aquella mirada angelical que nos decía cosas bonitas y nos quería...

No vemos, pero sentimos. No vivimos, pero sufrimos. No podemos, pero queremos...



TRISTE FINAL
En la oscuridad de la noche, lloro por tu recuerdo,
el silencio dormido que acecha en mi soledad,
cuando ya no siente mi corazón de ceniza,
cuando ya no me queda fuerza para gritar,
pienso en el ayer y se me escapa una sonrisa,
pienso en el día de hoy y no quiero despertar.
Era tan bonito cuando me sonreías,
cuando con tu mirada me hacías estremecer,
no siento ya ni la paz de mi cuerpo,
porque el agobio de la guerra la hizo desaparecer.
No vale la pena soñar con quien nunca fue sueño,
no vale la pena mirar hacia atrás,
lo que daría yo por que fuera como antes,
ahora sólo sigue con tu vida y déjame volar.
 
SI NO SALIERA EL SOL
Me protegeré por si tengo frío
en un recodo del camino.
Miraré fijamente en las estrellas,
para llegar a ser tan frío como ellas,
para sentir en mi corazón el vacío
de los que viven sin haber vivido
para los que fingen el sentir,
mostrándose tan impasibles,
arrebatando la poca ilusión
de conocerse a uno mismo
Los que buscan sinrazones
para sentirse faltos de cariño,
Los que argumentan impasivos
sus tristes vidas sin sentido.
Si no saliera el sol... Si no saliera el sol...
yo quiero sentir que aún sigo vivo!!